He trabajado en oficinas durante un par de años al principio de mi carrera y no ha habido un solo día en el que no haya deseado trabajar a distancia. Vivo en una gran ciudad, por lo que ir al trabajo siempre significaba metro abarrotado o horas perdidas en el tráfico.
La oficina en sí misma casi nunca me ayudaba en nada con el trabajo que hacía. Al contrario, la mayoría de las veces me distraía, me cansaba y, en general, me hacía menos productivo. Siempre sentí que podía hacerlo de forma remota desde la comodidad de mi propia casa o desde una terraza soleada cerca de casa. Además, el horario era inhumano.
Casi nunca comía en casa, y cuando lo hacía, no era comida sana. Nunca tenía tiempo para ir al gimnasio. Siempre estaba cansado.
Ahora que llevo más de diez años trabajando como autónomo y tres años trabajando a tiempo completo desde casa, no hay un solo día en el que no esté contento con la decisión que tomé. Mi calidad de vida ha mejorado enormemente. Puedo organizar mi propio horario y siempre siento que trabajo porque quiero, porque me gusta, y no porque tenga que hacerlo.
Sin embargo, los primeros años tuvieron sus momentos difíciles. Tener toda la libertad del mundo a veces significaba trabajar demasiado y olvidarme de todas las cosas buenas de la vida que era tan consciente de no tener mientras estaba atrapado en la oficina. Me llevó un tiempo darme cuenta de que si quiero vivir una vida hermosa, la disciplina lo es todo. Pero una vez que aprendí a manejar la disciplina, nunca volví a tener un horario agitado.
Aquí tienes 5 consejos para llevar una vida más sana y feliz, llena de energía y vibraciones positivas mientras trabajas a distancia.
1. Los cronómetros son clave si quieres trabajar sin estrés
Tanto si te decantas por la técnica Pomodoro como si eliges cualquier otro cronómetro online, créeme cuando te digo que tu cuerpo y tu mente te lo agradecerán. Trabajar sin distracciones durante tan solo 25 minutos y con un breve descanso de 5 minutos hará maravillas en tu productividad y tus niveles de estrés.
Aprenderás a relajarte (y esos 5 minutos pueden parecer nada, ¡pero se te harán mucho más largos!). Porque cuando es hora de descansar, te levantas del ordenador y realmente te tomas ese descanso. Puedes tumbarte, escuchar una canción relajante, estirarte, bailar o hacer cualquier cosa que te distraiga de todo el trabajo productivo que has realizado en los últimos 25 minutos.
Además, te sentirás menos estresado con la gran cantidad de tareas en las que sueles trabajar, simplemente porque harás una cada vez. Dividir tu tiempo en sesiones de trabajo de 25 minutos te obligará a dejar de hacer malabarismos entre tareas y a centrarte solo en una, una sesión cada vez.
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2. Recompénsate con escapadas
No puedo insistir lo suficiente en la importancia de desconectar del trabajo. Si tu casa es tu oficina, todos sabemos lo fácil que es caer en el hábito de trabajar más que si fueras a un lugar de trabajo.
Salir de la ciudad tres veces al año no es demasiado. En absoluto. Tanto si decides tomarte unas vacaciones más largas, quizá irte a un retiro de yoga en la playa para recargar las pilas, como si optas por dos escapadas de fin de semana económicas, las tres vacaciones con las que te recompenses marcarán una gran diferencia.
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3. Tus comidas son al menos tan importantes como tus plazos
Lo primero que debes hacer es reservar tiempo para tus comidas. Tómate una hora si quieres cocinar algo, pero hagas lo que hagas, no piques entre horas delante del ordenador, atrapado entre tareas.
Come en la tabla o come fuera con un amigo. Tendrás mucho más control de tu ingesta de alimentos de esta manera, además de que serás más consciente de lo que comes. Los almuerzos se sentirán como un verdadero placer. Para cambiar de aires, suelo programar al menos dos almuerzos fuera cada semana, si es posible en lugares en los que nunca he estado antes.
También adquirí el hábito de no llevar comida de ningún tipo a mi escritorio. Pero siempre tengo aguas infusionadas caseras, café o té. Esto también me ayuda a no tener que preguntarme si mi cuerpo está lo suficientemente hidratado a lo largo del día.
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4. Establece un horario diario para hacer ejercicio y cúmplelo como si fuera una fecha límite muy importante
Si eres una persona madrugadora, haz ejercicio por la mañana. Hazlo antes de empezar el día, aunque solo sean 20 minutos. No te creerás la diferencia que marcarán esos 20 minutos. Te sentirás con más energía, más empoderado y más satisfecho con tu contenido.
Si eres más nocturno como yo, entonces las tardes o las noches son el momento adecuado para la actividad física. Puedes ir al gimnasio, pero también puedes hacer ejercicio desde la comodidad de tu salón, siguiendo cualquier vídeo de YouTube que mejor se adapte a tu estado de ánimo ese día. Siempre que programes tu entrenamiento diario y lo cumplas sin importar lo que pase, apuesto a que no solo te sentirás genial, sino que tu cuerpo también se verá más delgado y fuerte.
No es que estés demasiado ocupado. Me puse esta excusa durante mucho tiempo hasta que me di cuenta de que no es que no pueda dedicar tan solo 20 minutos a una relajante sesión de yoga o a una clase de pilates energizante. No era eso. Cuando se trataba de hacer ejercicio a diario, busqué «motivación» durante muchos años antes de darme cuenta de que es tan sencillo como ponerse a ello y hacerlo aunque no te apetezca. Lo importante es empezar, porque a los tres minutos de empezar, sabrás que has hecho lo correcto.
5. Nutre tu mente con meditación, yoga o cualquier práctica espiritual que te vaya bien
Una vez que me di cuenta de que podía ir en contra de mi estado de ánimo y tener éxito en cualquier cosa que me propusiera, adquirí el hábito de realizar constantemente actividades que no me apetecía empezar. Y fue entonces cuando me di cuenta de lo importantes que son realmente la meditación y el yoga.
Si no estás seguro de qué estilo de meditación o yoga se adapta mejor a tu personalidad y necesidades, aquí tienes una lista de retiros espirituales de yoga y meditación en los que puedes participar. Son tantos los beneficios inesperados de practicar yoga o meditación a diario que no sé por dónde empezar. Pero imagínate cambiar de aires aunque solo sea durante un fin de semana y disfrutar de un poco de tiempo tranquilo solo para ti. Pasarás tiempo en plena naturaleza, te relajarás con unos sencillos estiramientos, coordinarás cada movimiento con tu respiración y, lo más importante, aprenderás a meditar y a hacer yoga por tu cuenta.
Conclusión
Tener el lujo de trabajar desde donde quieras puede conllevar jornadas laborales más largas y menos atención a tu propio bienestar y calidad de vida en general. Pero una vez que te das cuenta de que tu salud y tu bienestar son más importantes que cualquiera de tus plazos y, lo que es más importante, te ciñes a una rutina saludable independientemente de otras distracciones laborales, estás en el buen camino para vivir tu mejor vida hasta ahora.
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ACERCA DEL AUTOR
Irina Gabriela Pele
Irina es escritora colaboradora de BookYogaRetreats.com. Es una yogui y meditadora novata, además de una buscadora constante de la verdad y las aventuras espirituales.